jueves, 11 de febrero de 2010

La Medicina


“Consígueme esa medicina
que me ayude a vivir
tengo las manos más frías
que la cruel soledad.

Dame de esa ración
ven y acuéstate aquí
a la deriva
de los mares de la luz matinal.”

Escucho blues e imagino que en estos momentos quiero fumar un churro de mota y girar lentamente mientras vuelan a mi alrededor figuras de humo translucido y quimeras hambrientas de carne rosada. Sin embargo, nunca he fumado y mucho menos marihuana y río otra vez mientras me digo que ya estoy demasiado viejo para empezar un nuevo vicio. “¡Estoy muerto de ideas!”, me grito a mismo y preparo el funeral que incluirá un poco de tequila, ron y vodka en lugar del café. Brandy para el festejado, o tal vez mezcal. Río y me preparo para el funeral de tristes ideas cortas. Un traje gris azulado de rayas blancas, zapatos de charol y tal vez, por fin calcetines de color. Corbata negra para recordar que sigue el luto imaginativo y clavel rojo en la solapa para darle su justo merecimiento al réquiem. Flores, santos, algún crucifijo y ¿por qué no?, una foto color sepia encuadrada en plástico color café sobre el féretro. “Era bueno”, lloro las falsas lágrimas de aquéllas que nunca visitaron una pequeña estrofa de la trastocada mente infame y a la vez sublime.

“Quiero probar la fantasía
que me ayude a vivir
porque me muero día a día
y no me quiero morir.

Dame de esa ración
ven y acuéstate aquí
ponme las venas
del color de las olas del mar.”

“Necesito una fiesta de vicios”, me digo entonces y suplico y busco en mi agenda mental a mis amigas ligeras y pienso en contratar los servicios de las putas baratas a las que pueda abonar con ardor y comezón en la entrepierna el pago de una velada de excesos. Giro en la silla e imagino hacerle a cada una un poema y fornicar mientras trata de entenderlo. “Soy precoz” se llamará el primero y escogeré a la más vieja para empezar. Ella entenderá y recibirá un trago de licor mientras prepara el aposento para la siguiente batalla de letras. Entonces llegarán dos y tres más y rodearán el lecho y se convertirán en gárgolas al escuchar las líneas vivas y muertas de cada estrofa de mi occiso reportorio. Como piedras desaparecerán y al fin, el orgasmo final de la noche mientras soledad me seduce de nuevo. Y entonces, sólo así, podré dormir satisfecho, cansado y vivo, vivo aún.



incitatüs
(febrero’10)
Letra de canción: “La medicina”
Banda: Real de Catorce
Imagen: internet