domingo, 5 de julio de 2009

Poste


Te seguí mientras caminabas entre penumbras.
Detuve el auto junto a ti, sabías que era yo quien se acercaba. Me habías visto en la esquina, recargado en un poste, esperándote.
Volteaste, y con una ceja intrigante y una sonrisa irónica subiste mientras el frio de la noche te acompañaba.
-“¿Qué haces aquí?”, preguntaste como si no supieras la respuesta.
-“Vine para acompañarte a casa, como siempre”, respondí serio mientras observaba en el retrovisor tu sombra muerta.
-“Como siempre no, son varias semanas que no lo haces”, dijiste al recorrer con las uñas filosas y una sonrisa maldita mi brazo.
-“El que no me veas no significa que no lo haga”, te dije mientras clavaba los ojos en los tuyos, coquetos y asesinos, sabedores del poder que emanan sobre mí.
Sonreíste de nuevo y así, muda y con las uñas venenosas acariciando mi brazo conduje hasta tu casa.
-“Y… ¿cómo estás?” dijiste después de un largo suspiro, justo al llegar y como esperando un “No puedo vivir sin ti” de respuesta.
-“Nunca mejor flaca, nunca mejor…” sonreí al fin, sabiendo que entendías el mensaje oculto que decía que te extrañaba como nunca.
-“Qué bien, me alegra escuchar eso. Gracias por acompañarme, pero no lo hagas de nuevo, sabes que sé cuidarme sola”- y bajaste del auto no sin antes darme un beso lento y cálido en la mejilla.
-“Te amo” te dije derrotado, cansado y sabiendo que mi sentir era tan pobre para ti que lo desecharías de inmediato.
Sin embargo volteaste, y me regalaste una mirada triste, pero verdadera también.
Sabía que lo entendías así y que no había una sola palabra que confortara esa exclamación desde el fondo de mí.
Entraste y detrás de tu puerta emprendí de nuevo mi marcha. A esperarte detrás de un poste de luz y con la esperanza de verte la siguiente noche. Donde desde mí, y como siempre, te acompañe a casa.



incitatüs
(julio'09)

imagen:internet